Las redes sociales ardían, los medios casi no podían creerselo. Apenas habían pasado unos días desde la moción de censura al gobierno de Mariano Rajoy. Apenas unos días desde que Pedro Sánchez tomases posesión de su cargo. Apenas unos días, llenos de rumores sobre la configuración del nuevo gobierno. Se esperaba la vuelta del Ministerio de Ciencia, era una de las promesas electorales del PSOE, pero lo que nadie esperaba era a la persona que se iba a poner al frente de dicho ministerio. El nuevo ministro era nada menos que Pedro Duque, el primer astronauta español.
El nuevo gobierno acaba de recuperar la apuesta por la ciencia. Quizá, al menos a nivel de intenciones, de llevarla más allá de donde nunca ha estado en España. De un solo golpe se le vuelve a dar protagonismo a la ciencia en el equipo de gobierno, se incluye a las universidades en el Ministerio de Ciencia, y se pone al frente a un auténtico icóno de la ciencia española. La apuesta difícilmente podía ser más clara.
El nuevo gobierno acaba de recuperar la apuesta por la ciencia.
Pedro Duque es bien conocido en España por ser el primer astronauta de este país, pero ese es solo un punto (muy importante) dentro de su carrera. En 1986 se licenció como ingeniero aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid, y de ahí pasó a trabajar en GMV, en proyectos relacionados con la Agencia Espacial Europea. Su carrera como astronauta se inicia en 1992, al ser seleccionado por la ESA, y en 1998 realiza su primera misión, a bordo del transbordador Discovery. Se trata de una misión de 9 días, en la que se realizaron una serie de experimentos en el modulo presurizado Spacehab. Su segunda misión llegó en 2003, en una visita a la Estación Espacial Internacional de 10 días para la realización de la Misión Cervantes.

Más tarde trabajó durante 3 años en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Aeronáuticos, y en 2006 fue nombrado director general de Deimos Imaging, una empresa española especializada en sistemas de observación de la Tierra. Esa empresa, en 2009, puso en órbita el primer satélite español de observación de la Tierra. Regresó a la ESA en 2011, donde pasó a liderar la Oficina de Operaciones de Vuelo, responsabilizándose de las actividades europeas en la Estación Espacial Internacional, y en 2015 se convirtió en responsable de revisión de proyectos de la ESA para vuelos tripulados.

Pedro Duque ha sido siempre un gran defensor de la ciencia. Tiene a sus espaldas décadas de carrera en diferentes organizaciones y proyectos, tanto públicos como privados. Ha demostrado en repetidas ocasiones su compromiso con la ciencia, no solo con aquella en la que ha estado involucrado (la carrera espacial), sino con la ciencia en conjunto. En sus propias palabras, «Me parece erróneo dar dinero para la carrera espacial y quitárselo a otras ciencias, lo que hay que hacer es dar más a la investigación en general«. Es también un gran defensor de la educación pública como base para asegurar el futuro del país, y un decidido opositor a las pseudo-ciencias, que en los últimos años han conseguido hacerse un enorme hueco en nuestra sociedad.
«Me parece erróneo dar dinero para la carrera espacial y quitárselo a otras ciencias, lo que hay que hacer es dar más a la investigación en general«.
El nombramiento de Pedro Duque como ministro de ciencia invita al optimismo por múltiples razones. En primer lugar la recuperación del ministerio de ciencia, y el nombramiento de alguien como él, indican un compromiso con la investigación a años luz del que podíamos esperar del gobierno anterior. Después, porque su trayectoria y su personalidad auguran que será un ministro competente, si le dejan serlo. Pedro Duque parece tener muy claras sus prioridades al frente del ministerio, y experiencia en cargos de responsabilidad relacionados con la gestión de proyectos. Si todo va como debe, este nuevo ministerio debería resultar en una mejora sustancial de la situación de la ciencia en España.